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En diversos momentos de la vida nos vemos puestos a prueba, con situaciones difíciles que parecen no tener solución. Con los salmos del día tenemos la capacidad de encontrar nuevas fuerzas y afrontar los obstáculos y pruebas que la vida nos pone delante. En este artículo veremos el significado y la interpretación del Salmo 3.
Ver también: Salmo 116 - Señor, en verdad soy tu siervoSalmo 3 - El poder de la ayuda celestial
Recursos curativos y de paz interior para el cuerpo y el alma, los Salmos del día tienen el poder de reorganizar toda nuestra existencia, equilibrando nuestros pensamientos y actitudes. Cada Salmo tiene su propio poder, y para que éste sea aún mayor, permitiendo alcanzar plenamente sus objetivos, hay que recitar o cantar el Salmo elegido durante 3, 7 o 21 días seguidos. Este método de oracióntambién puede seguirse para los momentos en que necesites ayuda divina más allá de la comprensión de los hombres.
Las dificultades que surgen en nuestra vida son a veces tan grandes que nos embarga un miedo muy fuerte y un sentimiento de impotencia ante ellas, que nos hace sumirnos en una profunda tristeza. Esta tristeza y sentimiento de impotencia nos drena todo nuestro valor y fuerza para afrontar las dificultades cuando más las necesitamos para superarlas. Una vez sumidos en este pozo desufrimiento, la desesperación puede ser aún mayor si miramos a nuestro alrededor y vemos que no hay nadie para ayudarnos.
Es el momento de reflexionar interiormente y, con la ayuda del Salmo 3, mirar al cielo y buscar las manos tendidas de lo divino, que nos ayudarán en esta escalada para salir de cualquier situación que nos aflija.
Señor, ¡cómo se multiplican mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.
Muchos dicen de mi alma: No hay salvación para él en Dios. (Selah.)
Pero tú, Señor, eres para mí un escudo, mi gloria, y quien levanta mi cabeza.
Ver también: Pésame con lamida de vela blanca para novio espaldaClamé al Señor con mi voz, y él me escuchó desde su monte santo (Selah).
Me acosté y dormí; desperté, porque el Señor me sostuvo.
No temeré a diez mil personas que se han puesto en mi contra y me rodean.
Levántate, Señor; sálvame, Dios mío, porque has herido en las mandíbulas a todos mis enemigos; has roto los dientes de los impíos.
La salvación viene del Señor; que tu bendición sea sobre tu pueblo (Selah).
Ver también Salmo 6 - Redención y protección contra la crueldad y el engañoInterpretación del Salmo 3
El Salmo 3 es uno de los salmos del día que vienen a fortalecer nuestro espíritu y a ayudarnos a realizar las tareas difíciles que se nos presentan en el camino. Dicen los estudiosos que este Salmo, además de ser el primero en tener un título, es uno de los 14 que conecta directamente con acontecimientos de la vida de David, hablando de un intento de usurpación de su trono. Con fe y mucha convicción de que tus oraciones serán escuchadas, echa un vistazo alinterpretación del Salmo 3.
Versículos 1 y 2 - Son muchos los que se levantan contra mí
"Señor, ¡cómo se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí; muchos dicen de mi alma: No hay salvación para él en Dios".
El Salmo comienza con la observación de David de que aumenta considerablemente el número de personas que desean derrocar su reinado. Luego se indigna porque los mismos que pretenden su fracaso son los que dudan del poder salvador del Señor.
Versículos 3 y 4 - Tú, Señor, eres un escudo para mí
"Pero tú, Señor, eres un escudo para mí, mi gloria, y el que enaltece mi cabeza; con mi voz clamé al Señor, y él me escuchó desde su monte santo".
En este pasaje, hay una exaltación del Señor, reconociendo que cuando todos le daban la espalda, Él estaba allí para protegerlo y mantenerlo. Cuando David cita el monte santo, se refiere a la morada divina, el paraíso, por así decirlo.
Versículos 5 y 6 - Desperté, porque el Señor me sostenía
"Me acosté y dormí; desperté, porque el Señor me sostuvo. No temeré a diez mil personas que se pongan contra mí y me rodeen".
En estos dos versículos, David afirma que, incluso ante todas las presiones y problemas presentes, su alma permanece ligera y, por tanto, puede descansar tranquilo. Dios está con él, siempre, y el rey lo siente presente. Por eso, entrega su vida y sus aflicciones en manos del Señor.
Versículos 7 y 8 - La salvación viene del Señor
"Levántate, Señor; sálvame, Dios mío, porque has herido en las mandíbulas a todos mis enemigos; has roto los dientes de los malvados. La salvación viene del Señor; sobre tu pueblo sea tu bendición".
Aquí, David pide a Dios que interceda en su favor y no permita que flaquee ante la adversidad. Los versículos también asocian a los enemigos del rey con bestias dotadas de gran poder.
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