O orixá Ibeji es el orixá de los gemelos divinos, aunque cuando nacen gemelos hay dos individuos. Los gemelos se consideran sagrados por nacimiento. Ibeji se considera un alma contenida en dos cuerpos; unidos en vida por el destino. También es el orixá de la alegría, la travesura, la abundancia y la felicidad infantil. Son hijos de Xangô y Oxum y se consideran los primeros gemelos nacidos en la Tierra.

Descripción del orixá Ibeji

Los números relacionados con el orixá Ibeji son el 2, el 4 y el 8. Los colores que lo representan son el rojo y el azul. Entre los utensilios que lo caracterizan hay dos muñecos: un niño vestido de rojo y blanco, y una niña vestida de azul y blanco. La personalidad de Ibeji es juguetona, traviesa y curiosa, y su santo católico es San Cosme y Damián.

Mientras que muchos orixás tienen caminos o sendas, el Ibeji no. Él es de naturaleza universal. Hay algunas variaciones en los linajes, donde en algunos casos el Ibeji podría ser del mismo género, pero la mayoría son típicamente del género opuesto (masculino y femenino).

Como ofrendas a Ibeji, se pueden incluir todo tipo de entretenimientos, comida para niños, dulces o cosas servidas de dos en dos. También se pueden incluir plátanos pequeños, frutas de todo tipo, pasteles, dulces y su plato favorito de arroz con pollo. Los sacrificios de animales como ofrendas a Ibeji incluyen pollos y palomas.

Historia del orixá Ibeji

Cuando Oxum dio a luz a Ibeji, ésta fue rechazada por los habitantes de su aldea. Hasta entonces, sólo los animales podían dar a luz a varios bebés, y Oxum fue tachada de bruja y la expulsaron de la aldea.

Oxum, presa del pánico, echó a Ibeji de su casa y negó ser su madre, lo que supuso el inicio de la espiral descendente de Oxum, que acabó perdiendo toda riqueza, estabilidad e incluso su cordura.

Ibeji fue entonces tomada por la orixá Oya, que deseaba desesperadamente tener hijos en vida, pero era estéril y sólo tenía hijos nacidos muertos. Algunos linajes varían y dicen que Yemanjá tomó a Ibeji y los crió.

Los Ibeji son un signo de bendición para cualquiera que los reciba con felicidad, alegría, abundancia y risas. Existe incluso un dicho cubano que afirma que los Ibeji ahuyentaron al "diablo", volviéndolo loco al tocar sus tambores encantados.

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Oración al orixá Ibeji

"Hijos míos, mis erês,

¡Ibejis, ê vunji mana mê!

Señores del cosmos que me toman de la mano

Cosme y Damián y señores de la tierra

señores de la risa y la alegría

de abundancia, de agua, de ollas

de vasijas llenas de bendiciones

Te doy las gracias por mi camino

por mi vida y mis oportunidades

la certeza de la continuidad

y prosperidad

una infancia llena de vida

pureza y alegría

mis heres e ibejis

Te saludo y te doy las gracias

por toda mi alegría

nace de tus bendiciones! Rô Rô Ibejimi!!!"

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