El Salmo 130, que también forma parte de los cantos de peregrinación, es un poco diferente de los demás. Mientras que los otros salmos de este conjunto tienen una cierta connotación comunitaria, éste se asemeja a una súplica personal por el perdón de Dios.

Debido a esta característica, el Salmo 130 puede clasificarse como uno de los salmos penitenciales, ya que vemos al salmista sumido en la desesperación, clamando al Señor en medio de una circunstancia imposible.

Salmo 130 - Un grito de auxilio a Dios

Al reconocer humildemente su pecado, el Salmo 130 revela una petición de perdón al único capaz de absolverle.

Desde las profundidades clamo a ti, Señor.

Señor, escucha mi voz; que tus oídos estén atentos a la voz de mis súplicas.

Si tú, Señor, marcaras las iniquidades, Señor, ¿quién resistiría?

Pero contigo está el perdón, para que seas temido.

Espero en el Señor; mi alma le aguarda, y espero en su palabra.

Mi alma anhela al Señor, más que los que velan por la mañana, más que los que vigilan por la mañana.

Que Israel espere en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en él hay abundante redención.

Y redimirá a Israel de todas sus iniquidades.

Interpretación del Salmo 130

A continuación, descubre un poco más sobre el Salmo 130, a través de la interpretación de sus versículos ¡Lee con atención!

Versículos 1 a 4 - Desde las profundidades clamo a ti, Señor

"Desde las profundidades clamo a ti, Señor; Señor, escucha mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. Si tú, Señor, marcaras las iniquidades, Señor, ¿quién se mantendría en pie? Pero contigo está el perdón, para que seas temido".

Aquí, el salmista comienza con una súplica, clamando a Dios en medio de dos dificultades y sentimientos de culpa. Es importante saber que, por grande que sea tu problema, siempre será el momento oportuno para hablar con Dios.

En este Salmo, el salmista da cuenta de sus pecados; y da cuenta al Señor, para que sea escuchado y perdonado con la bondad que sólo Él tiene.

Versículos 5 a 7 - Mi alma anhela al Señor

"Yo espero al Señor; mi alma lo aguarda, y espero en su palabra. Mi alma anhela al Señor, más que los centinelas de la mañana, más que los que guardan por la mañana. Espera Israel en el Señor, porque en el Señor está la misericordia, y en él la abundante redención."

Si te detienes a mirar, la Biblia nos dice mucho sobre el valor de la espera -quizás una de las cosas más difíciles en esta vida. Sin embargo, también nos enseña que hay recompensas por estas esperas, y que en ellas está la seguridad de la redención y el perdón de tus pecados.

Versículo 8 - Y redimirá a Israel

"Y redimirá a Israel de todas sus iniquidades".

Finalmente, el último versículo presenta a un salmista que llega por fin a la conclusión de que la verdadera esclavitud de su pueblo está en el pecado. Y hace una referencia a la llegada de Cristo (aunque ésta se produzca muchos años después).

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