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O Salmo 6 es uno de los Salmos de David. En este Salmo, podemos percibir en las palabras del rey la desesperación por la misericordia divina. Está entristecido y debilitado por la crueldad de sus enemigos y suplica a Dios que los aleje de él. Echa un vistazo al Salmo 6 y su interpretación a continuación.
Salmo 6 - Una súplica desesperada de misericordia
Reza este Salmo con mucha fe e intención:
Señor, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira.
Ver también: ¿Qué significa que un gato te elija?Ten piedad de mí, Señor, que estoy débil; sáname, Señor, que mis huesos están atribulados.
También mi alma está muy turbada; pero tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Vuélvete, Señor, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.
Porque en la muerte no hay recuerdo de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará?
Estoy cansado de mis gemidos; cada noche hago que mi lecho nade en lágrimas, inundo mi cama con ellas.
Mis ojos se consumen de dolor, y desfallecen a causa de todos mis enemigos.
Apartaos de mí todos los obradores de iniquidad, porque Yahveh ha oído la voz de mi llanto.
El Señor ha escuchado mi súplica, el Señor acepta mi oración.
Todos mis enemigos serán avergonzados y grandemente turbados; se volverán atrás y de repente serán avergonzados.
Ver también: ¿Has oído hablar alguna vez de los chupadores de energía? ¡Descubre quiénes son y cómo ahuyentarlos! Véase también el Salmo 16: la alegría de los fieles que creen en el SeñorInterpretación del Salmo 6
Este Salmo 6 tiene palabras fuertes y poderosas. En él podemos ver que incluso un rey como el rey David experimenta momentos de inseguridad y tristeza, y se vuelve al Padre. También tiene miedo de la justicia divina, pues conoce sus pecados; aun así, no se aparta del Señor.
Sabes que es misericordioso y justo y que te ayudará a sobrellevar momentos de tanta ngustración como los que él experimentó. Lo mismo puede sucederte a ti. Aleja todo el mal, toda la crueldad y todos los enemigos que te traen pena y dolor a través de estas poderosas palabras santas. No hay sufrimiento lo suficientemente grande que Dios no pueda ayudarte a superar.
Que Dios bendiga tu vida.
Versículos 1 a 3 - No me reprendas en tu ira
"Señor, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira: ten piedad de mí, Señor, que soy débil; sáname, Señor, que mis huesos están turbados>Mi alma también está muy turbada: pero tú, Señor, ¿hasta cuándo?".
David, débil y frágil, pide a Dios que no le reprenda, pues en ese momento sufre una gran angustia. Teme ser castigado por sus pecados y no poder volver a levantarse. Pide la compasión del Señor, pues su cuerpo físico y su alma están angustiados, y pregunta a Dios cuánto durará todo ese sufrimiento.
Versículos 4 a 7 - Sálvame por tu misericordia
"Vuélvete, Señor, libra mi alma; sálvame por tu misericordia. Porque en la muerte no hay recuerdo de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará? Cansado estoy de mis gemidos; cada noche hago nadar de lágrimas mi lecho, inundo de ellas mi cama. Mis ojos se consumen de dolor, y se debilitan a causa de todos mis enemigos."
Aquí comienza a pedir la intercesión divina. Dice que está cansado de llorar tanto y que ya ve su fin entre tanto dolor y sufrimiento. Aquí dice que todo el dolor que ha estado pasando es causado por sus enemigos.
Versículos 8 a 10 - Apártate de mí
"Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad, porque el Señor ha oído la voz de mi llanto; el Señor ha escuchado mi súplica, el Señor acepta mi oración; todos mis enemigos serán avergonzados y turbados en gran manera; se volverán atrás, y de repente serán avergonzados."
Una vez definido el motivo de su sufrimiento, David pide ayuda al Señor. Aunque teme que le castigue con su cólera y aumente aún más su dolor, pide consuelo y misericordia. Suplica, porque sabe que Dios le escucha, como le ha escuchado en tantas otras ocasiones. Pide que sus enemigos se avergüencen de todas las maldades que han cometido contra él.
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