Litha es una de las 8 festividades o Sabbats que celebran los wiccanos y que marcan el solsticio de verano, el 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur.

Aunque no hay consenso sobre el significado de la palabra Litha, algunos estudiosos la traducen como "rueda", en alusión al Sol en su máximo esplendor. Otros dicen que significa "fuego", también en referencia al apogeo de la energía del astro. En una tercera interpretación, se cree que Litha es el nombre anglosajón de "junio".

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Litha, la noche en que la magia es más poderosa

Litha es el día más largo del año y el momento en que se alaban la abundancia, la luz, la alegría, el calor y el brillo de la vida, proporcionados por el Sol. Durante este periodo, el astro rey transforma las fuerzas de la destrucción en la luz del amor y la verdad.

Además de celebrar el triunfo de la luz sobre las tinieblas, Litha reconocía que, a partir de ese día, la oscuridad se impondría a la luz, pero que los días más cortos y las noches más largas serían temporales y que volverían a aparecer días claros y largos.

Las prácticas habituales en Litha, aparte de las fiestas y las hogueras, tenían que ver con la protección frente a fuerzas invisibles. Se creía que las entidades sobrenaturales que se habían despertado recientemente en Beltane estaban en plena efervescencia en Litha, y podían causar grandes daños.

Este es el único sábado en el que a veces se realizaban conjuros, ya que aún hoy se cree que el poder mágico de esta fecha es mucho más intenso. Es el momento de pedir salud, valor y energía, aprovechando que Dios llega al apogeo de su reinado.

También es importante decir que durante Litha, aunque el verano esté en su apogeo, todos recordamos que a partir de entonces Dios también inicia su proceso de declive. Es hora de hacer un ejercicio de humildad, de no permitir que el brillo del Sol eclipse nuestras virtudes más valiosas.

Todo en el Universo es cíclico, por lo que no debemos quedarnos atrapados sólo en el éxito y la plenitud. Debemos aceptar el declive y la muerte como parte del proceso.

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Tradiciones y fiestas de Litha

Según cuentan, en la noche del solsticio de verano, los antiguos se daban baños purificadores y realizaban curas milagrosas en manantiales, ríos y cascadas. Se creía que todo lo soñado, deseado o pedido en una noche Litha se haría realidad.

En este día se recogen hierbas mágicas para hacer pociones y conjuros, ya que todo el poder innato de las hierbas sería aún más fuerte durante la fiesta. En ciertas tradiciones wiccanas, el solsticio de verano simboliza el final del reinado de un año del Dios como rey del roble, siendo sustituido por su hermano y sucesor, Holly, rey del acebo, por lo que los días se harían más cortos.

Litha es el mejor momento para realizar rituales al aire libre (especialmente dirigidos al amor), dar gracias a las deidades, cantar, bailar y contar historias en torno al fuego. Los rituales del solsticio de verano van seguidos de grandes banquetes y fiestas, casi siempre en torno al fuego.

Al igual que algunas tradiciones de Beltane, aquí también es muy común saltar sobre las llamas, sobre un caldero donde se guardan pociones mágicas o sobre velas. Los dioses del Sol también son invocados y celebrados a lo largo de Litha.

Además, era una tradición muy arraigada en aquella época tocar las runas o fabricarlas (pintar cada una de ellas) ese día. Los magos y brujas también elegían y fabricaban sus varitas, así como amuletos y collares. Se recogían diversas hierbas y se colocaban en las casas a modo de decoración.

También se tejían ruedas solares con tallos y se realizaban diversos rituales con el fin de protegerse durante el día más largo del año, sobre todo si uno se casaba ese día. Las bodas eran habituales a partir del mes de junio, y la gente optaba por casarse con Litha como parte de la celebración.

Los colores utilizados en esta festividad suelen ser el naranja, el amarillo, el rojo, el verde, el azul y el blanco. Se eligen preferentemente hierbas como la salvia, la menta, la manzanilla, el romero, el tomillo, la verbena y el anís estrellado. Las piedras más utilizadas son el rubí, las conchas de mar, el cuarzo blanco, el citrino, la cornalina y la turmalina amarilla.

Durante esta celebración, se pone a disposición de los participantes abundante comida, que suele incluir frutas de temporada, verduras frescas, paté de hierbas, panes de cereales o semillas, vino, cerveza y agua.

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