Los Salmos presentes en la Biblia se atribuyen al rey David (autor de 73 de ellos), a Asaf (autor de 12 salmos), a los hijos de Coré (autor de 9 salmos), al rey Salomón (autor de al menos 2 salmos) y aún hay muchos otros que son anónimos. Son palabras de fe y poder que ayudan a guiarnos, a conectarnos con Dios y a seguir el camino del bien. El Salmo 25 se utiliza para obtener gracias yalabanzas por varias causas, pero la principal es el consuelo y la orientación para quienes buscan a personas desaparecidas.

Salmo 25 - En compañía de Dios

A ti, Señor, elevo mi alma.

Dios mío, en ti confío; no permitas que me avergüence, ni que mis enemigos triunfen sobre mí.

En verdad, no serán avergonzados los que esperan en ti; serán avergonzados los que prevarican sin causa.

Hazme conocer tus caminos, Señor; enséñame tus sendas.

Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.

Acuérdate, Señor, de tus misericordias y de tus piedades, porque son eternas.

No te acuerdes de los pecados de mi juventud, ni de mis rebeliones; mas acuérdate de mí según tu misericordia, Señor.

El Señor es bueno y recto; por eso enseñará el camino a los pecadores.

Él guiará a los mansos en la justicia y les enseñará su camino.

Todos los caminos del Señor son misericordia y verdad para los que guardan su alianza y sus testimonios.

Por tu nombre, Señor, perdona mi iniquidad, que es mucha.

¿Qué hombre es el que teme al Señor? Él le enseñará el camino que debe elegir.

Su alma descansará en la bondad, y su descendencia heredará la tierra.

El secreto de Yahveh está con los que le temen; y él les mostrará su alianza.

Mis ojos están continuamente en el Señor, porque él sacará mis pies de la red.

Mírame y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

Las angustias de mi corazón se han multiplicado; sácame de mis angustias.

Mira mi aflicción y mi dolor, y perdona todos mis pecados.

Mira a mis enemigos, que se multiplican y me odian con odio cruel.

Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confío.

Mantenme sincero y recto, pues espero en ti.

Redime a Israel, oh Dios, de todas sus angustias.

Interpretación del Salmo 25

Versículos 1 a 3

"A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, en ti confío; no permitas que sea avergonzado, ni que mis enemigos triunfen sobre mí. En verdad, no serán avergonzados los que esperan en ti; serán avergonzados los que prevarican sin causa".

El Salmo 25 comienza con las palabras "A ti, Señor, elevo mi alma". Elevar el alma significa entrar en oración, abrir la mente y el corazón para salir del mundo físico y estar en presencia de Dios. Entonces el salmista, confundido, pide a Dios consuelo, guía, enseñanzas, la compañía divina, para que camine a nuestro lado.

En este caso, la confusión puede entenderse como vergüenza, que no es más que la consecuencia para todos aquellos que tienen a Dios como enemigo.

Versículos 4 a 7

"Hazme conocer, Señor, tus caminos; enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día. Acuérdate, Señor, de tus misericordias y de tus piedades, porque son eternas. No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis rebeliones, sino acuérdate de mí según tu misericordia,por tu bondad, Señor".

En estos versículos, David hace un llamamiento para que el Señor esté más íntimamente ligado a su vida, acompañando y ajustando sus pasos hacia un carácter estable y recto, y recuerda que no sólo hay que perdonar los pecados cometidos en la juventud, sino también los de la edad adulta.

Versículo 8

"Bueno y recto es el Señor; por eso enseñará el camino a los pecadores".

El versículo 8 es una clara exaltación de dos de las características de Dios, seguida de un grito de perdón. El Señor es quien traerá la justicia a un mundo arruinado, y promete extender su misericordia a quienes se hayan arrepentido.

Versículos 9 a 14

"Él guiará a los mansos en la justicia y enseñará a los humildes su camino. Todas las sendas del Señor son misericordia y verdad para los que guardan su alianza y sus testimonios. Por tu nombre, Señor, perdona mi iniquidad, que es mucha. ¿Qué hombre es el que teme al Señor? Él le enseñará el camino que debe elegir. Su alma descansará en el bien y su descendencia heredará la tierra. OEl secreto del Señor está con los que le temen, y él les mostrará su alianza".

Aquí, David expresa todo su deseo de ser mejor persona, y de que el Señor le enseñe el camino. Y en cuanto a los que temen, el Salmo no se refiere al hecho de sentir miedo, sino de respetar y seguir la guía divina. Por eso, los que realmente escuchan las enseñanzas de Dios, aprenden los secretos de la sabiduría del Padre.

Versículos 15 a 20

"Mis ojos están siempre puestos en el Señor, pues él sacará mis pies de la red. Mírame y ten piedad de mí, pues estoy solo y afligido. Las angustias de mi corazón han aumentado; sácame de mi angustia. Mira mi aflicción y mi dolor, y perdona todos mis pecados. Mira a mis enemigos, pues son muchos y me odian con cruel odio. Guarda miAlma mía, líbrame; no sea yo avergonzada, que en ti confío".

Una vez más, David se refiere a su confusión, centrada tanto en relación con sus enemigos como en su esperanza, que permanece continua, paciente e intacta.

Versículos 21 y 22

"Guárdame sincero y recto, porque en ti espero. Redime a Israel, oh Dios, de todas sus angustias".

El salmo termina con una petición a Dios para que aleje la angustia y la soledad. Por eso David pide al Señor que sea compasivo con el pueblo de Israel, como lo ha sido con él.

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