Atribuido a Salomón, el Salmo 127 habla sabiamente de la familia, de las luchas de la vida cotidiana y puede aplicarse fácilmente a innumerables momentos y situaciones. Históricamente, puede asociarse a la construcción del Templo de Salomón o incluso a la reconstrucción de Jerusalén tras el regreso de los exiliados de Babilonia.

Salmo 127 - Sin el Señor, nada vale la pena

Lleno de virtudes, el Salmo 127 contiene palabras muy valiosas para trabajar la honestidad, la confianza, el compañerismo y la colaboración al lado del Señor.

Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela el centinela.

Será inútil que madrugues, que descanses tarde, que comas el pan de los dolores, porque así da sueño a su amada.

He aquí que los hijos son herencia del Señor, y el fruto del vientre, recompensa.

Como flechas en la mano de un hombre poderoso, así son los hijos de la juventud.

Bienaventurado el hombre que llena su aljaba con ellos; no serán avergonzados, sino que hablarán con sus enemigos a la puerta.

Interpretación del Salmo 127

A continuación, descubre un poco más sobre el Salmo 127, a través de la interpretación de sus versículos ¡Lee con atención!

Versículos 1 y 2 - Si el Señor...

"Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigila el centinela. Será inútil que madruguéis, que descanséis tarde, que comáis el pan de los dolores, porque así da sueño a sus amados."

Este es un recordatorio constante de que nunca debemos buscar soluciones y conquistas solos. Si Dios no está presente en cada uno de nuestros pasos, todo el esfuerzo será en vano. Dios es el eje, la base, la estructura para que podamos construir buenas convivencias y sólidas conquistas.

El pasaje también nos advierte sobre los peligros del sobreesfuerzo. Si te estás privando de algo, o trabajas más allá de lo que te permiten tus fuerzas, tal vez te falte confianza, en ti mismo o en Dios.

El esfuerzo siempre es algo positivo, cuando está dentro de unos límites. Cuando hay exceso, Dios intercede y protege a los suyos.

Versículos 3 a 5 - He aquí que los hijos son herencia del Señor

"He aquí que los hijos son herencia del Señor, y el fruto del vientre su recompensa. Como flechas en la mano de un hombre valiente, así son los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena su aljaba con ellos; no serán avergonzados, sino que hablarán con sus enemigos en la puerta."

Los hijos son verdaderos regalos, premios, recompensas de Dios. Y por eso deben ser criados, enseñados y amados bajo las leyes del Señor. Como una flecha precisa, la llegada de un hijo nunca es un error; y llega exactamente a quien lo necesita para estar completo.

Por último, tratamos la bienaventuranza, diciendo que el hombre que tiene varios hijos y cuida bien de ellos será un triunfador; tendrá seguridad, estabilidad y amor. Así alejará el mal de su hogar e instalará la armonía en él.

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