No hay razón para temer a los enemigos, pues la protección de Dios está presente en la vida de quienes le temen. La búsqueda de oraciones y ayuda en los propósitos personales y divinos. Conoce el Salmo 83.

Las palabras del Salmo 83

Lee el Salmo 83 con fe y atención:

Oh Dios, no calles; no calles, ni te estés quieto, oh Dios,

Porque he aquí que tus enemigos hacen alboroto, y los que te aborrecen han levantado la cabeza.

Han tomado astuto consejo contra tu pueblo, y han consultado contra tus ocultos.

Dijeron: "Venid, y cortémoslos de ser nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.

Porque han consultado juntos y de común acuerdo; están unidos contra ti:

Las tiendas de Edom, de los ismaelitas, de Moab y de los agarenos,

De Gebal, de Amón, de Amalec, de Filistea, con los habitantes de Tiro;

Y Asiria también se unió a ellos; fueron a ayudar a los hijos de Lot.

Hazles como a Madián, como a Sísara, como a Jabín en el río Cisón;

Perecieron en Endor; se convirtieron en estiércol para la tierra.

Haz con sus nobles como con Oreb y como con Zeeb; y con todos sus príncipes como con Zeba y como con Zalmunna,

Quien dijo: Tomemos para nosotros las casas de Dios en posesión.

Dios mío, hazlos como un tifón, como el filo ante el viento.

Como el fuego que quema un leño, y como la llama que incendia el desierto,

Persíguelos con tu tempestad y atormentalos con tu torbellino.

Que sus rostros se llenen de vergüenza, para que busquen tu nombre, Señor.

Avergüénzate y perece,

Para que sepan que tú, a quien sólo pertenece el nombre de Señor, eres el Altísimo sobre toda la tierra.

Interpretación del Salmo 83

Nuestro equipo ha preparado una interpretación detallada del Salmo 83, léala atentamente:

Versículos 1 a 4 - Oh Dios, no calles

"Oh Dios, no calles; no calles, ni te detengas, oh Dios, Porque he aquí que tus enemigos hacen alboroto, Y los que te aborrecen han levantado sus cabezas. Han tomado astuto consejo contra tu pueblo, Y han consultado contra tus escondidos. Han dicho: Venid, y cortémoslos, para que no sean nación, Ni haya más memoria del nombre de Israel."

El salmo comienza con gritos para que Dios despierte, se levante y hable; el salmista clama para que el Señor responda a su llamada.

A continuación, el salmista se rebela contra los que tienen a Dios por enemigo. Los ataques de los malvados y perversos no sólo se enfrentan a Dios, sino también a su pueblo.

Versículos 5 a 8 - Se unen contra ti

"Porque han consultado juntos y de común acuerdo; se han unido contra ti, Las tiendas de Edom, y de los ismaelitas, de Moab, y de los agarenos, De Gebal, y de Amón, y de Amalec, Filistea, con los habitantes de Tiro; Asiria también se ha unido a ellos; han ido a ayudar a los hijos de Lot."

A lo largo de la historia, muchos se han opuesto y han intentado destruir a Israel y a Judá. En este Salmo se condenan todos esos intentos, y al manifestar una conspiración contra el pueblo de Dios, los malvados conspiran de hecho contra el Señor mismo. Los lugares a los que se hace referencia aquí limitan con Israel y Judá.

Versículos 9 a 15 - Dios mío, hazlos como un tifón

"Hacedles como a Madián; como a Sísara, como a Jabín en el río Cisón; que perecieron en Endor; se convirtieron en estiércol para la tierra. Hacedles a sus nobles como a Oreb y como a Zeeb; y a todos sus príncipes como a Zeba y como a Zalmunna, que dijeron: Tomemos para nosotros las casas de Dios en posesión.

Dios mío, hazlos como un torbellino, como un filo ante el viento; Como el fuego que abrasa un bosque, y como la llama que incendia el desierto, Persíguelos con tu tempestad, y acósalos con tu torbellino."

Aquí, el salmista Asaf pasa a recitar algunas de las grandes victorias del Señor ante los enemigos de Israel - y ese mismo Dios estaría dispuesto a luchar contra cualquiera que se opusiera a Su pueblo.

El pasaje termina ensalzando la importancia del recuerdo, y que no debe ser barrido como un grano de arena en una tormenta, pues eso sería una verdadera maldición.

Versículos 16 a 18 - Avergüéncense y perezcan

"Que sus rostros se llenen de vergüenza, Para que busquen tu nombre, oh Señor; Que sean confundidos y atormentados para siempre; Que se avergüencen y perezcan, Para que sepan que tú, a quien sólo pertenece el nombre de Señor, eres el Altísimo sobre toda la tierra."

El justo es digno, y la vergüenza es el lado opuesto. Hay aquí un grito a Dios, para que avergüence a los enemigos de Israel, y para que las naciones, constreñidas, se arrepientan y busquen la redención. Por otra parte, si siguen por el camino de la maldad, un día serán juzgadas por el Altísimo.

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