El girasol es una planta muy hermosa y significativa, admirada por todos. Diferentes culturas cuentan historias sobre el surgimiento de esta flor, siempre relacionada con el astro Sol. En este artículo, contaremos tres versiones de la leyenda del girasol. Son historias hermosas y tristes sobre el surgimiento de la flor. Sigue leyendo.

Leyenda del girasol - Mitología griega

Detrás del significado de la flor del girasol hay varias leyendas.

En primer lugar, vamos a contar una leyenda de la mitología griega, sobre el amor y el dolor.

Clithia era una joven ninfa que se enamoró del Dios Sol y cada día lo miraba mientras conducía su carro de fuego. Helios -el Dios Sol- siguió seduciendo a la joven ninfa y finalmente la abandonó, eligiendo quedarse con su hermana. Clithia se volvió muy amargada y lloró durante nueve días enteros en un campo, mientras veía pasar al Dios Sol en su carro.

Cuenta la leyenda que el cuerpo de la ninfa se endureció poco a poco y se convirtió en un tallo delgado pero robusto, con los pies bien pegados a la tierra, mientras su pelo se volvía amarillo. La ninfa se transformó en un girasol, que continúa siguiendo a su amor.

Leyenda indígena del girasol

Hace mucho tiempo, había una tribu de indios conocida como Ianomâmi, en el norte del Amazonas. El jefe religioso de los indios, que también era hechicero, siempre se reunía con los curumins alrededor del fuego para contar las viejas leyendas de la tribu. Una de estas historias era la leyenda del girasol. El chamán se dio cuenta de que a los niños les encantaban estas historias y, cuando se las contaban, notaba el brillo en sus ojos,mostrando interés y participación en las experiencias.

Cuenta la leyenda que una vez, en esta tribu india, nació una niña india con el pelo claro, casi dorado. La tribu se agitó ante la noticia, ya que nunca habían visto nada igual. Así que llamaron a la niña Ianaã, que significaba la diosa del Sol.

Todos adoraban a Ianaã, los guerreros más fuertes y bellos de la tribu y del barrio no podían resistirse a sus encantos. Sin embargo, rechazaron su cortejo, alegando que aún era demasiado pronto para comprometerse.

Un día, la niña india estaba jugando felizmente y nadando en el río, cuando sintió los rayos del sol enviados hacia ella como dos grandes brazos que acariciaban su piel dorada. Ese fue el momento en que el Sol se fijó en aquella hermosa niña y se enamoró incondicionalmente de ella.

Ianaã también amaba el sol y todas las mañanas esperaba su salida con gran alegría. Aparecía poco a poco y la primera sonrisa, así como los cálidos rayos dorados, se dirigían hacia ella. Era como si dijera: ¡Buenos días, mi hermosa flor!

No sólo el sol amaba a la pequeña india, era amiga de la naturaleza. Allá donde iba, los pájaros volaban y se posaban en sus hombros. Ella los llamaba sus amiguitos y los besaba.

Trágicamente, un día la indiecita se puso triste y enferma, apenas salía de la cabaña. El Sol, enamorado y echándola de menos, hizo todo lo posible por animarla, pero fue en vano. Desgraciadamente, no pudo resistir y murió.

El bosque estaba en completo silencio, el sol no aparecía y todo el pueblo estaba triste. La gente de la tribu se deshizo en lágrimas y enterraron a Ianaã cerca del río que tanto amaba. El sol derramó muchas lágrimas hasta que, un día, decidió aparecer en la tierra donde estaba enterrada la querida india.

Después de muchos meses, nació una planta verde, creció y floreció hasta convertirse en una hermosa flor redonda con pétalos amarillos y semillas oscuras en el centro. La flor miraba al sol desde el amanecer hasta el atardecer. Durante la noche, colgaba hacia abajo como si se hubiera dormido. Al comienzo del nuevo día, se despertaba dispuesta a adorar el sol y a ser besada y acariciada porLas semillas se convirtieron en alimento para sus queridos amiguitos. La tribu dio a esta hermosa flor el nombre de girasol.

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Leyenda del girasol: la estrella y el sol

Esta leyenda del girasol cuenta que había una estrellita en el cielo tan enamorada del sol que era la primera en aparecer al final de la tarde, antes de que el sol se fuera. Cada vez que el sol se ponía, la estrellita lloraba lágrimas de lluvia.

La luna aconsejó a la estrellita, diciéndole que no podía ser así. La estrella había nacido para brillar en la oscuridad y ese amor no tenía sentido. Pero la estrellita no pudo evitarlo, amó los rayos del sol como si fueran la única luz de su vida. Se olvidó incluso de su propia luz.

Un día, la pequeña estrella acudió al Rey de los Vientos para pedirle ayuda, porque quería contemplar el Sol y sentir su calor lo más posible. El Rey de los Vientos le dijo que su deseo era imposible, a menos que renunciara al cielo y se fuera a vivir a la Tierra, dejando así de ser una estrella.

La pequeña estrella no lo dudó, se convirtió en una estrella fugaz y cayó a la Tierra en forma de semilla. El Rey de los Vientos plantó esta semilla con gran cuidado y cariño, la regó con las lluvias más hermosas y la semilla se convirtió en planta. Sus pétalos comenzaron a florecer y a abrirse y luego la flor empezó a girar lentamente, siguiendo la rotación del sol en el cielo. Así apareció el girasol, que aún hoy explota su amor enhermosos pétalos amarillos.

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