La parábola de la oveja perdida es una de las historias contadas por Jesús, que aparece en dos evangelios sinópticos del Nuevo Testamento y también en el evangelio apócrifo de Tomás. Jesús utilizó parábolas para transmitir un mensaje, o enseñar una lección. La parábola de la oveja perdida muestra cuánto nos ama Dios, incluso cuando nos desviamos por el camino del pecado. Dios siempre nos busca yJesús contó la historia de la oveja perdida para mostrar cuánto ama Dios a los pecadores y, al igual que Él, acepta a quien se arrepiente. Cada persona es esencial para Dios. Conozca la parábola de la oveja perdida y su explicación.

Parábola de la oveja perdida

Algunos fariseos se escandalizaron de Jesús porque siempre estaba rodeado de personas conocidas por sus vidas de pecado (Lucas 15:1-2). Para explicar su actitud, Jesús contó la parábola de la oveja perdida.

Un hombre con 100 ovejas vio que una se había perdido, así que dejó a las otras 99 en el campo para buscar a su oveja perdida. Cuando la encontró, se puso muy contento, se echó la oveja a los hombros y se fue a casa (Lucas 15, 4-6). A su regreso, llamó a sus amigos y vecinos para celebrar con él que había encontrado a su oveja perdida.

Jesús dijo que en el Cielo también hay celebración cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:7). La salvación de un pecador es mayor motivo de celebración que la de 99 justos que no necesitan arrepentirse.

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Explicación de la parábola de la oveja perdida

Jesús dijo que él es el Buen Pastor (Juan 10:11). Nosotros somos las ovejas de Cristo. Cuando pecamos, nos alejamos de Dios y nos perdemos, como las ovejas de la parábola. Al estar solos, no podemos encontrar el camino de vuelta. Por eso, Jesús salió a nuestro encuentro, para salvarnos. Cuando tenemos fe en él, somos llevados de vuelta a la casa de Dios.

Los fariseos creían que sólo los que llevaban una vida correcta eran dignos de la atención de Dios. Sin embargo, la parábola de la oveja descarriada muestra que Dios ama a los pecadores. Igual que el hombre de la historia fue a buscar a su oveja, Dios va en busca de los que se han descarriado, quiere salvar a la oveja perdida.

Las personas que seguían a Jesús eran a menudo pecadoras, pero reconocían sus errores y se arrepentían de ellos. A diferencia de los fariseos, que se creían justos y no necesitaban arrepentirse, Jesús valoraba más el arrepentimiento que las apariencias (Mateo 9:12-13). Su venida era para salvar a los perdidos, no para juzgar y condenar.

Encontrar una oveja perdida genera una gran alegría. El corazón egoísta quiere que toda la atención se dirija hacia sí mismo, pero los que ven el dolor ajeno se alegran por la recuperación de alguien que parecía irrecuperable. Así ocurrió con los amigos y vecinos del hombre que recuperó la oveja perdida y con el cielo que se alegra por un pecador arrepentido. No hay lugar para el egoísmo, sólo para elcelebrar.

En cierto sentido, todos hemos sido ovejas perdidas. Nos hemos alejado de Dios y Él nos ha traído amorosamente de vuelta a su lado, así que nosotros también debemos cooperar amorosamente buscando a las ovejas perdidas por todo el mundo. Este es un mensaje muy importante que Jesús quería grabar en la mente de los religiosos de aquel tiempo.

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